La señal distintiva de mi tío Federico eran sus cuerdas vocales. Hablaba en un tono de barítono aventajado, que barnizaba y le ponía guantes a cada frase, "hoy tuve una clientela interesante", "voy al consultorio a iniciar el turno de la tarde", "creo que es hora de atender a las noticias". Tenía la casa siempre ordenada y el único detalle inesperado en ella era su perro cocker spaniel al que le llamaba de usted y expulsaba del cuarto abriendo la puerta con una frase, "tenga la bondad...".
El mejor regalo que había querido ofrecer siempre a sus sobrinos era su tono de voz, calificado con la medalla de elegancia que él mismo se había colgado en el tribunal familiar. Una de las historias familiares decía que cuando mi tío Federico veía un partido de fútbol de la selección peruana, celebraba los goles gritando "anotación, anotación" y que antes de hacer el amor con mi tía Pepa le explicaba: "Aguarda, he de colgar mi vestimenta."
Alfonso Cueto
És més interessant quan els comentaris són escrits per tu. En tot cas el blog és teu i, per tant, hi penges el que vols.
ResponEliminaSí, tens raó, hi pengo el que vull. I ara el que vull és fer-te content/a i publicaré un pensament que podria ser de qualsevol però té la meva firma ;)
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