Intentaba separarme de mi cuerpo, eludir mi dilema fingiendo que no existía. Otros habían recorrido ese camino antes que yo y todos habían descubierto lo que yo acabé descubriendo por mí mismo: la mente no puede vencer a la materia, porque cuando se le pide demasiado, demuestra rápidamente que también ella es materia.
Para elevarme por encima de mi circunstancia tenía que convencerme que yo ya no era real y el resultado fue que toda la realidad empezó a oscilar ante mi. Cosas que no estaban allí aparecían de repente ante mis ojos y luego se desvanecían. Un vaso de limonada fría, por ejemplo. Un periódico con mi nombre en los titulares. Mi viejo traje extendido sobre la cama, perfectamente intacto. En una ocasión incluso vi una versión anterior de mí mismo tambaleándose por la habitación, buscando como un borracho por los rincones algo que no pudo encontrar. Estas alucinaciones duraban sólo un instante, pero continuaban resonando dentro de mí horas y horas. También había períodos en que simplemente me perdía. Se me ocurría una idea y para cuando terminaba de seguirla hasta su conclusión, levantaba la vista y descubría que era de noche.
Paul Auster
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada